El proceso de produccion

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Desde la crianza del cerdo en granja hasta su envasado y etiquetado, la elaboración del Chosco de Tineo sigue un proceso estrechamente controlado por el Consejo Regulador.
Tras la matanza y el despiece, se obtienen la cabecera de lomo y la lengua, materias primas cárnicas con las que se elabora, y se mezclan de forma manual con el resto de ingredientes: pimentón, sal y ajo.
Después del adobado, se deja macerar en cámara frigorífica durante 48-72 horas.
El embutido obtenido se introduce, también manualmente, en la tripa de cerdo (ciego).
En ese momento, los choscos se preparan para llevar al ahumadero, donde se aplica humo de leña seca de especies autóctonas (roble, abedul, haya, castaño).
El ahumado se realiza en frio, siguiendo el proceso tradicional: es decir, se enciende la pira de leña y se deja que el humo llegue al embutido. Para conseguir el aroma característico del Chosco de Tineo, esta fase dura un mínimo de ocho días.
De ahí pasan al secadero, durante otros ocho días por lo menos, hasta conseguir el grado de humedad deseado.

Cocer los choscos es opcional. En tal caso, se hará entre 80 y 100 grados, favoreciendo una cocción lenta, para evitar que se rompa el ciego y mantener la textura óptima.

Finalmente, para el envasado y etiquetado se utilizarán embalajes autorizados por el Consejo Regulador, sobre los que se colocarán las correspondientes etiquetas de Identificación Geográfica Protegida.